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La balada de Sir Molest-O

La balada de Sir Molest-O

De los Laboratorios Bum surgió un meca poderoso,

con una armadura dorada resplandeciente.Mandatory Flair requirement.

Su creadora, una inventora de carácter jocoso,

rompió el molde sin dudarlo y de repente.

Diseñaba mecas, y no lo hacía mal,

todos ruidosos y con pelo colorado.

Pero les faltaba una chispa especial.

“¡Necesita más luz!”, gritó en un arrebato.

Por fortuna, luz sabía dónde encontrar:

al laboratorio láser asistiría.

Su amigo Kangor no habría de protestar,

más en su deuda lo anotaría.

Una risa soltó al encender su invención:

su obra maestra acababa de completar.

“¡Tú no eres un SIMPLE Molestrón!

¡Ahora ve, y no dejes a nadie sin SALUDAR!”

 

Sus colegas le tenían un odio profundo

y su jefe no toleraba al grumete.

El Dr. Bum gritó: “Ve a saludar al MUNDO”

y encendió la mecha de un cohete.

En un pueblo cayó poco después de partir

y pensó que hallaría amigos con paciencia.

Pero lo trataron como un hazmerreír...

Molest-O percibió la tendencia.

 

Huyó al bosque para estar en soledad

y mucho lloró, triste y sombrío.

¿De qué le serviría su bondad

si solo oía abucheos en su camino?

 

Entre los árboles siguió vagando,Things are getting a bit screwy...

y su paso ya era un lamento.

¡Entonces oyó el canto esperanzado

de unas risas en el viento!

 

Al seguirlas llegó a una ciudad

pero el paisaje era aterrador:

¡El Jinete decapitado desataba su crueldad,

y su risa infundía aún más temor!

The Headless Horseman...with his head. So...just 'The Horseman' I suppose

El Jinete en su embate recitaba versos,

estridentes y llenos de maldad.

Su adversario ya estaba casi muerto:

un paladín veterano de la localidad.

 

Molest-O del gran sufrimiento fue testigo

y ni siquiera un instante vaciló.

Sin más, se abalanzó sobre su enemigo:

“¡HOLA! ¡HOLA! ¡HOLA!”, saludó.

 

Molest-O molestó, seguro y veloz

al Jinete que intentaba rimar.

El valiente meca detuvo al caballero feroz.

“HELLO!”, pregonaba sin parar.

 

La frustración invadió al maniático sin cabeza

y ya no pudo seguir resistiendo.

Sus rimas se cortaban y perdían su vileza

mientras Molest-O lo seguía interrumpiendo.

 

“¡DE ACUERDO, ME MARCHARÉ!”, exclamó con furia,

sobre su corcel fantasmal y siniestro.

“¡YA TUVE SUFICIENTE DE ESTA INJURIA!

¡ADMITO MI DERROTA, MOLEST-O!”

 

El caballero veterano proclamó seguro:

“¡Nos has salvado, aventurero!

Sir Molest-O, así te llamarán en el futuro.

¡Pues, joven meca, yo te nombro caballero!”

 

Molest-O es hoy un personaje ejemplar,

y los ideales de la valentía enarbola.

Al mal enfrenta sin temblar,

y siempre lo recibe con un:

“… ¡HOLA!”

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