BlizzCon

Jaedong y Bisu se enfrentan una última vez

Justin Groot, Blizzard Entertainment

Si hace un año me hubieses dicho que pronto tendría la oportunidad de iniciar a Lee ‘Jaedong’ Jae Dong y a Kim ‘Bisu’ Taek Yong, dos de los mejores jugadores de StarCraft de toda la historia, en las maravillas de la barbacoa estilo americano, me habría reído a carcajadas.

Pero aquí estamos. Estas dos leyendas están en la BlizzCon 2017 y se enfrentarán por un premio de USD 25 000 en una partida de exhibición de StarCraft: Remastered bautizada "Ultimate Title Fight" (la pelea definitiva por el título). Ambos comenzarán el servicio militar el año que viene, un rito de iniciación obligatorio para los hombres surcoreanos. Por eso, es probable que esta sea una de las últimas veces que compitan por una cantidad abundante de dinero en un torneo de StarCraft. Como fanático desde las viejas épocas, es un honor compartir un almuerzo con ellos. Imagínense la vergüenza que sentí cuando se me cayó un costillar bañado en salsa en los pantalones.

A los jugadores no les molesta, por supuesto. Hacen de cuenta que ni lo notaron, y son demasiado respetuosos para reírse, algo sorprendente, ya que Bisu se ríe de casi cualquier cosa.

Por suerte, los jugadores no comparten mi torpeza, y eso se refleja en su vestimenta: Jaedong luce un suéter de la marca parisina A.P.C. y Bisu un jersey artístico de un famoso ratón de caricaturas. Al igual que su ropa, el peinado de ambos es perfecto (podrían componerse odas a los impecables mechones pelirrojos de Bisu).

Estamos en un pequeño restaurante de un centro comercial de Anaheim, frente a un festín de costillas de res, carnitas de cerdo, macarrones con queso y jalapeños, pan de maíz y montones de costillares tiernísimos. Cuando veo que ambos empiezan a comer sin mojar la carne en la salsa, me horrorizo y les enseño cómo se hace. Cuando Jaedong moja las carnitas de cerdo en la salsa barbacoa y lo prueba, se le iluminan los ojos.

"Ohhhh", dice.

Dentro de cinco horas, vivirán la adrenalina de un enfrentamiento de StarCraft donde competirán por una cantidad de dinero extraordinaria hasta para campeones como ellos. Si están nerviosos, no se nota en absoluto. Para los dos, es un día más en la oficina. En vísperas de un momento así, aprovecho la oportunidad de hacerles algunas preguntas.

La nueva generación

"¿Les enseñarían a sus hijos a jugar Starcraft?", les pregunto. Se ríen. Jaedong dice que lo haría porque lo ayudaría a desarrollar su personalidad.

"¿Y si uno de sus hijos se encapricha con jugar con los terran?". Esa pregunta causa carcajadas aún más fuertes, y los dos mueven la cabeza con vigor para decir "nunca". Jaedong y Bisu son sinónimo de zerg y protoss respectivamente. Ambos insisten en que sus hijos deberían seguir su legado, al menos en lo que respecta a las razas de StarCraft.

Hablamos sobre el futuro de la escena de StarCraft: Remastered. Se muestran prudentes pero optimistas.

"Los esports crecen a pasos agigantados, así que siempre está la posibilidad de que surjan nuevos jugadores increíbles", dice Jaedong.

"¿Tienen algún consejo para la nueva generación?", les pregunto.

"Hay que ser realista a la hora de elegir esta carrera", dice Bisu. "Se necesita talento para triunfar en este juego. Si no lo tienes, mejor buscar otra carrera".

"¿Y cómo te das cuenta si tienes talento?"

Bisu se ríe y reflexiona. Después de un momento, se encoge de hombros.

"Puedes compararte con los que te rodean", dice, aunque su sonrisa dudosa delata que sabe que es más difícil que eso.

Tiempo de juego

Ver a Jaedong y Bisu arriba del escenario es agridulce. No importa quién gane, la carrera de uno de los dos terminará con una derrota. El estadio colmado de fanáticos ruge mientras Tasteless, el famoso comentarista, presenta a los jugadores. Ingresan en sus puestos, ponen cara de concentración y se tapan las orejas con auriculares como han hecho tantas veces en su carrera.

Y así, comienza la Ultimate Title Fight.

Desde mi asiento, veo a Jaedong claramente. Se lo ve muy concentrado. Lo único que puedo ver de Bisu es su esplendorosa cabellera, que sobresale del monitor. Por suerte, dos pantallas gigantes muestran las caras de los jugadores, que mueven los ojos velozmente para analizar cada detalle de la acción. Las bocas son líneas firmes. Me hipnotizan los movimientos precisos que hacen con la cabeza, que parecen casi mecánicos.

La primera partida tiene un comienzo prometedor para Jaedong, que repele a un Zelot inesperado sin perder ningún Zerguezno, una hazaña increíble, especialmente si tenemos en cuenta que el jugador del Zelot es Bisu. Sin embargo, la partida avanza y Jaedong no puede seguir el ritmo del macro poderoso de Bisu; es decir, su habilidad para formar un ejército enorme y poderoso. Bisu arrasa con los Acechadores de Jaedong y obtiene el control del mapa. Así acaba la partida.

La segunda partida parece una victoria para Jaedong cuando logra establecer una avanzada con Hidraliscos a mitad de la partida, y amenaza con terminarla en ese momento. Pero luego, un par sorpresas de Bisu cambian el curso de la acción por completo.

Primero, Bisu asesta una Tormenta psiónica impecable contra las hordas de Hidraliscos en las afueras de su base, y los transforma en una baba roja burbujeante. Al mismo tiempo, un Templario oscuro infiltrado en la base principal de Jaedong asesina a una serie de Obreros valiosos que recolectaban recursos. Con tanto su ejército como su economía hechas trizas, Jaedong solo puede aguantar unos pocos minutos antes de sucumbir ante la presión implacable de Bisu.

El estadio se entristece. Ni siquiera los fans más acérrimos de Bisu quieren ver a Jaedong terminar su carrera con una derrota 3-0. Pero parece que ese será el caso. Bisu está jugando demasiado bien. La organización llama al presentador encargado de repartir los trofeos a la parte trasera del escenario, en caso de que la tercera victoria de Bisu sea rápida.

"No se preocupen", digo. "¡Jaedong ganará dos seguidas!"

Pero no es lo que pienso, aunque lo desee.

En la tercera partida, Jaedong infiltra cuatro Zergueznos en la base de Bisu cerca del comienzo de la partida y el público enloquece. Pero una vez más, nos enfrentamos a la triste realidad de que Jaedong ya no es el mismo jugador feroz de StarCraft que era antes. En años anteriores, era famoso por su control meticuloso de los Zergueznos, y habría ganado cualquier partida desde esta posición hostigando a los trabajadores del adversario.

Sin embargo, para mantener ese nivel de control se necesitan incontables horas de práctica, y en 2017, Jaedong ya no tiene la resistencia de antes (en las viejas épocas, se convirtió en leyenda por practicar 16 horas al día, todas las semanas). En consecuencia, a pesar de que sus Zergueznos hacen daño, Bisu puede librarse de ellos en poco tiempo.

Luego sucede algo increíble: Jaedong envía más Zergueznos, un aluvión de dientes y garras que se abalanzan sobre Bisu, con la confianza de que el primer ataque hizo daño suficiente para eliminar la posibilidad de una defensa. Bisu lucha con valor, pero el enjambre embiste contra su expansión una y otra vez. Al poco tiempo, Jaedong gana la partida.

2-1. El público vuelve a la vida. La gente se levanta, grita y se abraza. Tasteless y Artosis están extáticos. ¡Jaedong lo logró! ¡Ganó una partida!

Jaedong, que siempre disfrutó de complacer a su público, aprovecha esta posición favorable. En la cuarta partida, utiliza sus Hidraliscos y, con una técnica perfecta, castiga a Bisu por arriesgarse a descargar un Templario oscuro en la base enemiga.

De pronto, la pregunta que flota en el aire cambia y pasa de "¿Podrá Jaedong ganar una partida?" a "¿Podrá ganar el enfrentamiento?". El público se alborota con anticipación incontenible. Analizo la cara de Jaedong en busca de signos de dolor o cansancio. ¿Le brillan los ojos más que lo normal? ¿Esos labios muestran descontento?

En la última partida del último enfrentamiento importante de su carrera competitiva de StarCraft, Jaedong, siempre dispuesto a probar la suerte, lanza un ataque temprano con Zergueznos. Juega todas sus fichas y abandona cualquier posibilidad de adoptar otra estrategia. Una jugada valiente, que acabaría condenándolo. Bisu está preparado. El ataque fracasa, Jaedong declara el GG y el estadio explota con luces y sonidos.

El ocaso

Una serie de imágenes a modo de conclusión:

Bisu acepta un ramo de flores enorme. Primero las huele por instinto, y luego las vuelve a oler, esta vez por más tiempo, con una expresión de sorpresa grata en el rostro.

Mientras Bisu da su entrevista de ganador, Jaedong está parado a su lado. Se lo ve tan desconsolado que quiero correr hacia él y abrazarlo; no me importa la seguridad.

Y luego la multitud de fans de StarCraft, desesperada por conseguir autógrafos, que envuelve a ambos jugadores cuando la entrevista termina.

Pero la imagen que encaja a la perfección es una que vi más temprano, cuando estuve sentado frente a Jaedong y Bisu en una mesa repleta de restos de una barbacoa increíble.

"Antes de que terminemos la entrevista, ¿tienen algo más que decir?", les pregunto.

Agradecen a sus fans y hacen hincapié en la bendición que es poder estar ahí, y la discusión cambia a temas más serios. Hablan acerca del servicio militar que les espera, y sobre el hecho de que seguramente este sea su último enfrentamiento antes de irse. Para los fans, eso significa...

"Por favor, apoyen a StarCraft: Remastered", pide Jaedong.

"Quiero que StarCraft siga ahí cuando volvamos", dice Bisu y afirma con la cabeza.