Tasteless y Artosis en 19 años de StarCraft (y sigue sumando)
A medida que el lanzamiento este verano de StarCraft: Remastered se acerca, nadie lo espera con tantas ganas como Nick «Tasteless» Plott y Dan «Artosis» Stemkoski. Nos reunimos con este dúo de famosos retransmisores para comentar lo que StarCraft II significa para ellos, y también lo que significa ver el juego remasterizado en la época actual.
¿Podéis compartir la historia de los orígenes de Tasteless y Artosis? ¿Qué os llevó al mundo competitivo de StarCraft y cómo os conocisteis?
Artosis: Yo empecé a jugar el año que salió StarCraft, pero solo un poco. Y luego me rompí el tobillo. Por aquel entonces era muy competitivo en los deportes, y StarCraft ocupó ese lugar, puesto que estuve seis meses sin poder caminar. Empecé a ir a torneos... En 2004, decidí que esta tendría que ser mi forma de vida. Me di cuenta de que el resto de videojuegos no me importaban; ni siquiera me importaba nada de la misma forma que StarCraft.
Dormía durante las clases para poder jugar toda la noche con los jugadores coreanos. Eludía las obligaciones con mis amigos y familia para poder practicar más y aprender más sobre el juego. Ese fue el momento en que supe que tenía que hacerlo.
Tasteless: Estaba en la universidad estudiando filosofía. Seguramente haría un posgrado después, o estudiaría derecho o algo así, pero al final fue en plan «Al $&@!, tengo que ir a Corea» (donde StarCraft se estaba asentando como esport).
Perdí contra mi hermano, el día [9], en un torneo de 2005, y necesitaban a alguien que hiciese de comentarista. Así que terminé comentando el partido que convirtió a mi hermano en campeón de EE. UU., y después me invitaron a Singapur para comentar la final de allí. Y así es como terminé haciendo más de comentarista, porque por aquel entonces era el único. Al final, conseguí un trabajo en Corea, comentando Warcraft III y StarCraft. Y luego Dan y yo nos conocimos, poco después de que yo llegara aquí.
Cuando Dan y yo empezamos a trabajar juntos, pronto nos dimos cuenta de que los dos teníamos un sentido del humor similar y que compartíamos la pasión por los juegos de estrategia a tiempo real. Trabajamos en nuestras voces y en cómo expresar bien las cosas, y creo que es justo decir que eso nos dio ventaja con respecto al resto.
Artosis: Teníamos casi la misma edad, los dos crecimos en lugares aburridos y nos encantaba StarCraft. Nos habíamos conocido en torneos antes de Corea, así que ya éramos amigos... También éramos los únicos dos chicos de Corea que hicieran de comentaristas, ya estábamos ahí fuera incluso antes de que se anunciase StarCraft II. Era obvio que debíamos trabajar juntos.
¿Podéis describirme cómo era la época en la que intentabais ganaros la vida, antes de que saliera StarCraft II?
Tasteless: Sí, tengo una foto para ti, tío. La $&!@ casa de Dan, en Corea. Dan era pobre de narices, tío, y recuerdo ir a su casa y que solo tuviera un plato, así que tenía que sacar una tapa de una olla para que comiese. Nos estábamos comiendo un paquete de tofu juntos, con un poco de salsa de soja por encima...
Artosis: (Risas) Ahí fue cuando me empezó a ir un poco mejor, creo. En realidad, cuando me mudé a Corea, vivía en una casa de equipo profesional, dormía al lado de una pila de ropa sucia... Cuando vine aquí, ganaba tan poco dinero que tenía que colarme en el metro porque no me podía permitir gastarme setenta céntimos. Comía bloques de tofu porque valían un dólar. Acabé perdiendo mucho peso porque no tenía dinero para comida. Al principio apenas sobrevivíamos.
Pero sí, como ha dicho Nick, cuando conseguí mi propia casa, tenía un plato, una cuchara-tenedor, unos palillos y un vaso (risas).
Tasteless: Tuve un año bueno de trabajo y, de repente, no tenía dinero. Me convertí prácticamente en un sin techo. Tuve que meter todas mis cosas en bolsas de basura y dormir en la casa de mi amigo, en el suelo. Hice eso durante mucho tiempo. Ganaba unos trescientos dólares al mes...
Artosis: Y luego estaba lo de la rodilla, no te olvides de esa desgracia.
Tasteless: Ah, es cierto. Me rompí la rodilla y no podía permitirme pagar la operación. Estuve andando con muletas durante tres meses intentando averiguar qué hacer, hasta que pude pedir dinero prestado y hacerme la operación... Cuando negociamos el contrato para la primera temporada de la GSL, iba en muletas.
Artosis: Al mirar atrás, en todos los años que llevo jugando a StarCraft, incluso con las victorias de los torneos y aun vendiendo los monitores que ganaba, he perdido dinero en StarCraft, sin lugar a dudas. Pero la cuestión nunca fue el dinero. Incluso aunque ya he hablado sobre esta época antes, no me importó haber tenido que hacer todo esto. Me sentía muy agradecido de poder vivir la experiencia de StarCraft; estaba agradecido por cada momento.
Tasteless: Nos apasionaba el juego. Aún es muy importante para nosotros. Ahora, Dan y yo tenemos pisos grandes y agradables en una ciudad muy cosmopolita, hemos podido viajar por todo el mundo, tenemos una vida muy buena gracias a ello. Pero sí, diría que el 85% de nuestra vida con StarCraft se ha basado en sobrevivir a duras penas.
No sé si recuerdas esto, Dan. Cuando éramos tan pobres que si salíamos, era una noche bastante especial. Si salíamos a beber, tenía que ser fuera del 7/11 (lo cual era legal, ponías una mesita de plástico y te sentabas allí fuera), pero recuerdo que estábamos tan tiesos, Dan. Tú decías «Necesitamos ganar dinero, tío». (Risas) «Necesitamos ganar algo de dinero».
Artosis: (Risas) Recuerdo una de esas noches, cuando estábamos por ahí charlando y yo dije: «Algún día, quiero poder, si me apetece, ir a comer comida india». Soy vegetariano, y resulta muy difícil comer en Corea. La comida india costaba como trece pavos y era algo que no me podía permitir.
¿Dónde creéis que podría encajar StarCraft: Remastered en el ámbito de los esports?
Artosis: Brood War vuelve a estar de moda. En Corea hay un montón de gente que está loca por ello y que no deja de verlo, nuestro estudio se empieza a llenar, se sigue jugando mucho al juego... y Remastered va a ayudar a que se afiance y a que crezca todavía más.
Tasteless: No hay motivos para que Occidente no esté en el panorama. Y, en Corea, da la impresión de que es imperecedero. Simplemente se niega a desaparecer. Desgraciadamente, Internet parece estar convencido de que solo a los coreanos les gusta este juego y, Dios, a mí me parece que, no sé... Me acuerdo de que, trabajando en WCG, vinieron y me dijeron directamente que nadie que no fuera coreano podría llegar a apreciar StarCraft. Y, entonces, milagro: surge la GSL Code S, es una bomba, impresionante... Estoy bastante seguro de que StarCraft: Remastered representa también una gran oportunidad.
Los fans más devotos incluso llegan a decir que StarCraft: Brood War es el juego «perfecto». ¿Estáis de acuerdo?
Tasteless: Creo que se acerca mucho a la perfección.
Artosis: Yo opino que lo más probable es que no existan juegos perfectos, pero que StarCraft es el que más cerca estaría de serlo. El hecho de tener un metajuego que ha evolucionado sistemáticamente, con campeones en cada raza, y que en dieciocho años no haya tenido parches... lo hacen casi perfecto. Y en caso de tener algún fallito, son cosas que, de alguna manera, le dan sabor.
Tasteless: Lo que tiene StarCraft es que, incluso los mejores jugadores del mundo, tienen VCE diferentes. Con lo que cada partida es como una bola de nieve: hasta cuando los jugadores siguen las mismas estrategias, pueden terminar obteniendo resultados distintos.
Artosis: Se asemeja a esas peleas de Dragon Ball Z, en las que los rayos de luz van de aquí para allá y nunca sabes con certeza quién va a ganar. Solo sabes que son dos jugadores que van a estar muy reñidos toda la partida.
Tasteless: La verdad es que es casi el juego más difícil que se ha creado nunca. Es que todo lo que quieras hacer es super, superdifícil. Creo que es uno de los motivos por los que les fascina tanto a los coreanos: porque en Corea todo el mundo lo jugó en los cibercafés, así que son conscientes de la dificultad que tiene. Y ver a los jugadores profesionales realizar estrategias espectaculares y quedarse con la gente sin dejar de adherirse a las mecánicas tan bien, es algo muy emocionante.
¿Os preocupa que la dificultad sea una traba a la hora de llamar la atención a jugadores poco habituales?
Artosis: No mucho. Todo el mundo practica algún deporte y no por eso se acercan al nivel profesional. Y porque no sepas hacer un mate en baloncesto, no significa que no vayas a saltar varias veces. Si bien es un juego en el que es exageradamente difícil jugar bien, siempre encontrarás a alguien de tu nivel con quien jugar y va a ser igual de divertido, aunque no seas Michael Jordan o Flash.
Es difícil ser el mejor en cualquier juego de competición. ¿Pensáis que Brood War es más difícil que otros juegos multijugador, o que su dificultad se hace más obvia?
Artosis: Sí, creo que muchos de los otros juegos son más como los bolos: lanzas una bola por una pista y le das a varios bolos, y puede que eso te haga pensar que no eres malo. Mientras que StarCraft sería más bien como el tiro con arco, o algo así. Si no alcanzas el objetivo, te queda claro que eres penoso. Automáticamente. Creo seriamente que los jugadores son más conscientes de lo malos que son en Brood War que en cualquier otro juego, aunque sean igual de malos en los dos.
¿Por qué os parece que tantos buenos jugadores de StarCraft fueron capaces de pasarse al póker profesional? Así, a primera vista, estos juegos no parecen tener mucho en común.
Artosis: A ver, sí que hay aspectos que puedes identificar en ambos, como que hay información que no revelas y cosas del estilo; pero me parece que existe un motivo mayor y es que si llegas a ser bueno en StarCraft, puedes ser bueno en cualquier otra cosa.
¿Qué le diríais a alguien que se sienta intimidado por la dificultad de StarCraft: Remastered?
Artosis: La enorme satisfacción que sientes cuando empiezas a hacer algo bien en StarCraft... el juego te proporciona esa magnífica sensación de realización. Y, sí, da miedo, ¡pero dale una oportunidad! Por algo siempre ha estado ahí y no se va a acabar.
Tasteless: Tenía dos compañeros de cuarto cuando iba a la universidad. Me veían jugando a StarCraft y al final me decían: «Quiero aprender a jugar, parece chulo». Así que se pusieron a jugar el uno contra el otro. Uno de ellos no sabía cómo funcionaba la macrogestión, tenía 3000 minerales todo el rato, estaba en dos bases y usaba la tecnología en los portanaves o algo así. Y mi otro amigo gastaba dinero, pero no entendía qué tenía que hacer ni por qué. Y yo me ponía a verlos jugar y, francamente, esas partidas fueron de las más divertidas que he visto nunca.
Diría que de ahí viene todo el fanatismo que hay en Corea: de ver a gente de todos los niveles jugar en cibercafés y, con el tiempo, también por la tele. La cuestión es... (resopla denotando frustración) que está bien no ser el mejor en algo. Igual te lo puedes pasar bien. Si voy con Dan a jugar al billar a un bar, no me voy a poner a decir que «vaya juego de mierda» porque esté fallando todo el rato.
Eso puede llegar a ser un problema en la cultura actual que rodea a los videojuegos: que todo el mundo pretende ser profesional y tener un sello que diga que son especiales. Y yo estoy en plan: «Chavales, me parece que se os ha olvidado el verdadero motivo por el que jugamos a videojuegos». Jugamos para aprender y pasárnoslo bien.
Es como si uno dijera: «No quiero ponerme a entrenar porque nunca voy a estar tan cachas como Arnold Schwarzenegger».
Pues no. Hay que usar el cuerpo. Hay que usar el cerebro. Hay que jugar a StarCraft. Os hará sentir mejor.
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