StarCraft II

Shakuras, hogar de los templarios tétricos

Blizzard Entertainment

Después del exilio, los nerazim, rebeldes protoss conocidos como los templarios tétricos, llegaron a la luna de Ehlna. Un portal de distorsión en el lugar mostraba la huella de los Xel’Naga, la raza que dirigió la evolución de los protoss. Sin embargo, los nerazim no se asentaron allí de forma permanente. En su lugar, construyeron un santuario de sabiduría en el que los peregrinos podrían preservar sus recuerdos. Más de dos siglos después, volvieron a poner rumbo a las estrellas.

Durante sus viajes, los nerazim encontraron un templo Xel’Naga en el planeta Shakuras, y decidieron quedarse y estudiarlo... y esa decisión los cambiaría para siempre. Era un mundo crepuscular, donde apenas se podía distinguir el día de la noche. La mayor parte de su superficie estaba cubierta por un árido desierto, con algunas escasa franjas de vegetación. Los nerazim aplicaron las habilidades que habían aprendido de Adun, el ejecutor que los protegió del Cónclave, con el fin de adaptarse a su nuevo entorno. La supervivencia en Shakuras exigía una gran determinación y una voluntad inquebrantable por parte de los nerazim. Sin embargo, prosperaron y fundaron un puesto de avanzada llamado Talematros.

Cuando Aiur cayó durante el ataque de los zerg, los supervivientes viajaron a Shakuras mediante un portal de distorsión, y se asentaron en New Antioch. Los zerg siguieron a los refugiados de Aiur, de modo que se desató una batalla feroz cuando los monstruos llegaron a Shakuras. Durante el enfrentamiento, Talematros cayó cuando Samir Duran saboteó su red de pilones. Sin embargo, al final, los protoss barrieron a los zerg de la superficie del planeta cuando usaron los cristales Uraj y Khalis para activar el poder durmiente del templo Xel’Naga. Tras la Guerra de Razas, Talematros se reconstruyó para convertirse en la capital de Shakuras y la sede de la jerarquía.

Los protoss de Aiur y los nerazim habían tenido amargos desencuentros durante su convivencia en Shakuras, y las tensiones habían aumentado especialmente a partir de la formación de los daelaam. Sin embargo, con el liderazgo de Artanis y Vorazun, las dos facciones protoss han conseguido poner a un lado sus diferencias y trabajar mano a mano con el objetivo de reclamar su mundo natal: Aiur.

Con todo, soplan vientos siniestros y la guerra espera a los protoss. En la inminente batalla, los nerazim se mantendrán firmes ante la adversidad, al igual que han hecho durante milenios.